lunes, 29 de febrero de 2016

¿Quién tiene más razón?



¡Oh, la verdad! ¡La razón! ¿No es algo que todos queremos conocer, tener, poseer? Y sin embargo, a veces esta es tan inexacta… Y no hablamos de gustos, porque es algo abstracto. No hay ni mejores ni peores, un color no es mejor que otro y eso que a cada uno le gusta uno. Hablamos de ideas, pensamientos, en general cosas explicables, cambiantes, justificables. Como por ejemplo en la entrada anterior sobre cuál podría ser el estilo de alimentación más apropiado. Y al final, acabó todo en una maraña de argumentos que no definía nada la pregunta en cuestión. 

 Pero sin embargo, la gente tiene que tomar una opción. Porque a veces no hay puntos medios, o hay un camino a la izquierda o a la derecha. Por eso, y teniendo en cuenta que realmente no hay una verdad completa, sino sólo parcial: ¿cómo aproximarse a ella?



 Lo primero antes de nada es admitir una simple cosa: es posible llevar siempre razón, pero esta no tiene por qué ser mayor o peor que la de otros. El hecho de pensar que la tuya es superior a la del resto siempre es algo absurdo, puesto que si todos pensasen lo mismo, ¿quién estaría dispuesto a cambiar su mentalidad? Por eso hay que estar dispuesto a abrirse a los cambios, porque si encuentras otra razón que consideras mejor, ¿por qué no adoptarla?

 Y ahora vayamos al grano, ¿cómo decimos que algo es mejor que otro algo? ¿Qué criterio adoptamos para cada uno ver las cosas de forma distinta? Pues eso es, el punto de vista. Prácticamente los hay de forma infinita, ya puede ser si algo es más o menos ético, si es más viejo o más nuevo e incluso si tiene más de un color que de otro. Cogiendo cualquier punto de vista y analizando una misma idea u objeto, se pueden llegar a conclusiones distintas pero correctas respecto al punto de vista. Eso nos aleja de encontrar una razón mayor que otra, ¿no?

 Volviendo al ejemplo de la entrada anterior, la mayoría de personas que asocian su alimentación a corrientes veganistas emplean el punto de vista de la ética y la moral, en lo que están en lo correcto; pero por el otro lado los que siguen al omnivorismo lo valoran más con la comodidad, lo más empleado o lo más variado. Y en cierta parte también están en lo correcto. Por lo tanto hay otra pregunta: ¿hay un punto de vista que sea mejor que otro? ¿Y cómo saberlo? La respuesta, depende del contexto. Porque siempre van a haber puntos de vista más útiles y mejores que otros respecto a una cosa concreta. Podemos decir que el que valora al veganismo por la ética tiene más razón que el que lo valora por contener más productos de color verde, ya que mientras que uno se basa en aspectos más o menos generales el otro se basa en razones personales. O por ejemplo, el que apoya que las camisetas reflectantes deban ser amarillas frente al que defiende que deban ser negras, porque el amarillo tiene más poder reflectante que el negro. Pero para escoger el disfraz de un ladrón, obviamente el negro es mejor que el amarillo puesto que camufla mejor de noche.



 Tratemos de sacar algo en claro de una vez: ¿de qué forma podemos valorar o ver algo para poder estar más cerca de lo correcto? Pues bien, como hemos visto siempre habrá un punto de vista desde el cual no tengamos razón, pero lo mejor en estos casos es tratar de coger varios puntos de vista e intentar hallar un punto medio entre ellos. Porque aunque quizás no tengas razón desde cualquier punto de vista aislado, tendrás parte de ella en varios de ellos mientras que el que se apoya en uno solo acabará perjudicado en el resto. Pero ¿qué puntos de vista escoger? Aquí ya entra un poco la valoración de cada uno, pero como opinión propia lo mejor es coger aquellos de carácter más general, útil y aplicables a cualquier persona. Es decir, en mi caso en la cuestión de qué corriente alimenticia seguir escogí el ser vegetariano cuando cocino por cuestiones éticas y morales pero a su vez no rechazar los alimentos de origen animal sólo cuando sea necesario, como comer fuera, o invitaciones a comer; porque así gano en variedad y comodidad al no restringir mi dieta y  en condicionar al resto a adaptarse a mis necesidades. Puede que no sea lo mejor desde cualquiera de los puntos de vista antes citados, pero tampoco contradice opuestamente a los otros. De todas formas esta es la conclusión a la que yo he llegado y no dudaré en cambiarla si percibo una mejor. Y el resto, lo dejo a gusto del consumidor.

 Escrito por Venda

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